AUDICIÓN
La audición, junto con los otros sentidos, nos permite relacionarnos con el mundo exterior. La especie humana es muy social, necesitamos estar con otras personas y comunicarnos.
Es normal que a medida que hacemos años, perdamos audición. También, puede ser debido a determinadas ocupaciones donde se trabaje con mucho ruido, a infecciones o enfermedades. Cuando esta pérdida es considerable, puede afectar nuestra relación con nuestro entorno. Normalmente, la persona oye pero no entiende. Por ejemplo, las letras "f", "s" o "t" a menudo quedan escondidas por la "a", la "o" o la "u".
Existen dos clases principales de pérdida auditiva:
a- Conductiva: el problema está en el oído externo o medio. El sonido no llega bien a oído interno. Las causas principales son cera, perforaciones timpánicas, problemas en la cadena osicular o fluidos a oído medio.
b- Neurosensorial: producido por un desgaste de las fibras nerviosas del oído interno. El sonido no se transmite correctamente.
A más grado de pérdida (leve, moderada, serbal o profunda), más necesidad de una ayuda y más se notan los beneficios. Al principio, se debe de tener un poco de paciencia para irse acostumbrando.
Es normal que entre que te aconsejan llevar audífonos y te los compras, suele pasar un poco de tiempo, ya que nos cuesta hacernos a la idea, pero al final, las personas reconocen que ojalá se lo hubieran comprado antes.